Mujer joven con un rebozo oscuro posando en una calle de estilo urbano, evocando una fusión entre tradición mexicana y estética contemporánea.

El rebozo en la cultura pop: resignificación o folclor vacío

Hablar del rebozo es hablar de más que una prenda: es tocar una de las piezas más simbólicas de la identidad mexicana. Desde las luchadoras revolucionarias hasta las abuelas que nos cargaron de niños, el rebozo ha sido cobijo, herramienta y declaración cultural. Pero ¿qué pasa cuando esta prenda ancestral se convierte en “tendencia” dentro de la cultura pop?

Mujer indígena cargando a su hijo con un rebozo tradicional en la espalda, caminando por una calle concurrida en México.
Foto: Cecilia Lara / El Universal San Luis.

¿Qué es el rebozo y de dónde viene?

El rebozo es una prenda tradicional mexicana que combina función y simbolismo. Aunque su origen exacto es difícil de rastrear, se cree que surgió durante el periodo virreinal como resultado del mestizaje cultural entre indígenas, españoles y asiáticos (particularmente a través del comercio con Filipinas vía la Nao de China). El rebozo fusiona elementos del manto indígena prehispánico con el mantón europeo y técnicas de teñido asiáticas como el ikat.

Significado cultural del rebozo

Más que un accesorio, el rebozo ha sido una extensión del cuerpo femenino: sirve para cargar bebés, transportar mercancía, cubrirse del sol, del frío o de miradas, e incluso ha sido símbolo de duelo o protesta. En muchas comunidades, el tipo de tejido, los colores y los diseños indican la región de origen, la clase social o el momento de la vida de quien lo porta.

Además, el rebozo ha sido parte de los rituales del nacimiento, la muerte y la cotidianidad en México. También ha tenido connotaciones políticas, como cuando las soldaderas lo usaban durante la Revolución Mexicana. Llevar un rebozo no es sólo una elección estética: es una afirmación de identidad, memoria y resistencia.

Grupo de mujeres mexicanas durante la Revolución Mexicana, algunas con rebozos y canastas, en lo que parece un transporte colectivo de la época.
Foto histórica de mujeres en la Revolución Mexicana. Fuente: Vida Universitaria UANL

De las comunidades a la cultura pop

En las últimas décadas, el rebozo ha migrado de los espacios tradicionales hacia las pasarelas, la música, la publicidad e incluso las editoriales de moda. Se ha visto reinterpretado por diseñadores contemporáneos, usado por celebridades, convertido en estampado de camisetas y accesorio de “estilo étnico” para fotografías de Instagram.

Este auge visual ha abierto la conversación sobre lo que significa tomar elementos tradicionales y usarlos fuera de su contexto original. ¿Estamos simplemente usando una prenda o nos estamos conectando con una historia? ¿Hace alguna diferencia conocerla?

La delgada línea entre homenaje y apropiación

Tomar elementos culturales tradicionales y ponerlos en nuevos contextos no es, por sí mismo, negativo. La cultura está viva y evoluciona. Sin embargo, cuando se extrae un símbolo de su contexto histórico y social para convertirlo en simple “estilo”, corremos el riesgo de despojarlo de su poder. Cuando el rebozo se convierte solo en “lo mexicano bonito” que adorna una campaña publicitaria o una colección de fast fashion, se pierde la historia de resistencia, de trabajo artesanal, de identidad que lo sustenta.

Polémicas actuales: ¿homenaje o apropiación?

En años recientes, el uso del rebozo ha generado polémica cuando se presenta fuera de su contexto cultural original sin reconocimiento a las comunidades que lo crean. Uno de los casos más sonados fue el de la marca Hijos del Maíz, que diseñó una capa elaborada a partir de un rebozo tradicional purépecha para que el actor Tenoch Huerta la usara en un desfile de la marca BOSS en la Semana de la Moda de Milán. La prenda fue confeccionada por la artesana Feliciana Bautista, pero su trabajo no fue reconocido inicialmente, lo que generó denuncias públicas por apropiación cultural.

Otro ejemplo es el de plataformas como Temu o tiendas de fast fashion, donde se venden chales o prendas inspiradas en rebozos bajo la etiqueta de “disfraz mexicano” o “estilo étnico”, reduciendo el rebozo a una pieza decorativa, sin historia ni contexto. Este tipo de prácticas banaliza el simbolismo de la prenda y desconecta su uso de sus raíces comunitarias.

Estas situaciones nos obligan a preguntarnos: ¿quién se beneficia realmente de que el rebozo esté de moda? ¿Y qué pasa cuando quienes lo producen quedan fuera del reconocimiento y del mercado?

Captura de pantalla de un producto en Temu que muestra un chal con flecos de estilo mexicano, usado por una mujer como accesorio de moda.
Captura de pantalla de la tienda en línea Temu, donde se vende un chal con estética de rebozo como disfraz o accesorio folclórico.

La delgada línea entre homenaje y apropiación

Tomar elementos culturales tradicionales y ponerlos en nuevos contextos no es, por sí mismo, negativo. La cultura está viva y evoluciona. Pero la apropiación comienza cuando se usan símbolos con carga histórica sin crédito, sin contexto y sin beneficiar a quienes los han preservado por generaciones.

Cuando una marca toma el diseño de un rebozo y lo reproduce de forma masiva sin reconocer ni colaborar con las comunidades artesanas, le está quitando visibilidad, mercado y valor a quienes sostienen la tradición. Por ejemplo, las tejedoras de Santa María del Río, en San Luis Potosí, han hecho del rebozo un arte identitario. Cada pieza requiere semanas de trabajo, conocimientos heredados y técnicas específicas. Ver sus diseños replicados sin atribución es más que injusto: es borrar su lugar en la historia que ayudaron a construir.

¿Resignificación o folclor vacío?

Más que dictar una respuesta, vale la pena hacernos la pregunta: ¿puedo usar un rebozo sin saber lo que significa? ¿Y si lo conociera, cambiaría algo en la forma en que lo porto?

Vivimos rodeados de objetos, símbolos y prendas cuyo origen desconocemos. Este artículo no busca cancelar ni moralizar, sino invitar a la reflexión: saber de dónde viene lo que usamos puede enriquecer nuestra relación con ello.

El rebozo tiene historia, tiene raíces, tiene gente detrás. Y cuando entendemos eso, la estética gana peso, gana profundidad. Quizá lo sigas usando igual, pero ahora con una historia acompañándote.

Una invitación a mirar más profundo

En Gris Revolución creemos que la moda, como cualquier forma de expresión, merece ser cuestionada. Antes de convertir el rebozo en “tendencia”, vale la pena preguntarnos: ¿entendemos lo que llevamos puesto? ¿Sabemos de dónde viene? ¿Honramos la historia que porta?

Porque resignificar no es solo imitar la estética. Es llevar el pasado al presente con conciencia, con respeto, y sí, también con estilo.

Escrito por Julio C. Olivares